No sé qué pudo llevar a alguien a ponerle a su marca de espárragos el nombre de Sócrates, pero aún más retorcido parece que se lo dedique a la memoria de Immanuel Kant.
Supongo que es cuestión de gustos.
Aquí lo dejo como curiosidad culinario-filosófica.
¡Qué aproveche!