…me he reencontrado con algunos textos que vienen perfectos para los tiempos que corren y la época del año que comenzamos; para algunos señala, el mes de diciembre, la cercanía de las primeras vacaciones del curso, para otros señala la espera de la renovación de la fe que nació hace más de dos mil años con un mensaje dormido entre una mula y un buey, para otros no significa nada…
Pero para todos va este texto porque esconde un mensaje universal que podemos compartir, esperemos lo que esperemos y creamos lo que creamos.

Rosa roja

“Es un curioso secreto de la sabiduría de todos los tiempos, pero un secreto muy sencillo, que cualquier entrega desinteresada, cualquier participación, todo amor nos enriquece, mientras que todo esfuerzo por adquirir posesiones y poder resta fuerzas y empobrece. Esto lo sabían y lo enseñaron los hindúes, y más tarde los sabios griegos y Jesús y desde entonces miles de sabios y poetas cuyas obras sobreviven a los tiempos, mientras que los reinos y reyes de su época pasaron y cayeron en el olvido. Igual da que estéis con Jesucristo o con Platón, con Schiller o Spinoza: en cualquiera de ellos la sabiduría última es que ni el poder, ni los bienes, ni el conocimiento traen la dicha, sino sólo el amor. Todo desinterés, toda renuncia por amor, toda compasión activa, toda renuncia a sí mismo parece que es entregar, privarse de algo, y sin embargo es enriquecerse y engrandecerse y es el único camino  que lleva hacia delante  y hacia arriba. (…) las verdades no envejecen y son siempre y en todo lugar verdaderas, ya sean predicadas en el desierto, cantadas en versos o impresas en un periódico”.

 

Lecturas para minutos, 1. Hermann Hesse. (página 133)

Rosa roja

PR80388

 


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