– En aquel tiempo, como en todos los tiempos, los ricos dominaban el mundo, eran los santos y dignos de estar vivos. Sólo creían en el dios de los poderosos. Pero entonces vino el rebelde y dijo:
* Yo soy el camino. Nadie va al Padre, sino por mí. Dichosos los pobres porque de ellos es el reino de los cielos.
– En aquel tiempo, como en todos los tiempos, mandaban los astutos, los que fabricaban la mentira con los más hermosos colores. Las lágrimas no tenían cotización en el mercado y la alegría era más importante que la verdad. Pero entonces vino el rebelde y dijo:
*Yo soy la verdad. Dichosos vosotros cuando os insulten, persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, que se os dará vuestra recompensa.
-En aquel tiempo, como en todos los tiempos, el prestigio de un hombre se medía por lo que tenía, y el que engañaba a mil valía más que mil, y el dinero valía tanto como el número de zancadillas puestas para lograrlo. Pero entonces vino el rebelde y dijo:
* Yo soy la vida. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
– En aquel tiempo, como en todos los tiempos, el corazón era una fruta que seguramente debe servir para algo; amar era un juego que enseñaban a los hombres de niños, mas del que luego, tenían rigurosa obligación de avergonzarse. Pero entonces vino el rebelde y dijo:
* Amaos unos a otros. Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
– En aquel tiempo, como en todos los tiempos, el hombre subido a un fusil era lo que se dice todo un hombre; y los espadachines contaban con armas de primera, y tenían más derecho a las flores y hasta tenían razón en todo. Pero entonces vino el rebelde y dijo:
*Yo soy el príncipe de la Paz. Dichosos los que trabajan por la paz, porque a ellos se les llamará ‘hijos de Dios’.
– En aquel tiempo, como en todos los tiempos, la palabra JUSTICIA hacía bonitos los discursos… Y dicen que ha existido y que es bueno seguir esperando… A condición de que no venga. Pero entonces vino el rebelde y dijo:
* Dichosos los que tiene hambre y sed de justicia, porque ellos quedaran saciados.
– Y cuando el rebelde terminó de hablar se hizo el SILENCIO.
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Y en este tiempo todo sigue más o menos igual que en aquel tiempo. Y ya no quedan, apenas, rebeldes.
Salud.
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Acabo de ver la recomendación de Embruxo en el blog de Jorge y me ha pasado como a él, que me he quedado impresionada, me ha gustado muchísimo este texto
Espero que no te moleste si me lo llevo
Un abrazo
Soqui
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¡ Caramba! te has adelantado, ahora no sé si publicarlo yo, esto nos pasa por leer cosas idénticas.
La verdad es que las dos quedamos impresionadas por esta lectura y no es para menos. Es preciosa. Con todo cariño tu madre.
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Caramba! Me he quedsado de piedra. Es un texto precioso y revolucionario. Llego hasta aquí invitado por embruxo. Y ya lo creo que ha merecido la pena haber hecho la visita. Un abrazo.
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y más nos valdría seguir en silencio
el problema es que hemos echado
al rebelde a un lado
y seguimos haciendo ruido
un beso
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Qué bonito nena, lástima que sobre estas cosas no se reflexione hoy día, mejor nos iría a todos.
A ver si nos vemos aunque sea en una de tus visitas a la facultad. Mil besos!
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